El Apuko con sol y el barro justo. Espectacular dia para correr por allí.
Un placer coincidir con Muttur, Tortugita, GranPascual, Aimar, Andeka (ánimo), Ander y el gran Igor. Y con los ánimos deJopian y Josean.
De mi libro contar que hoy iba a hacer un entrenamiento con dorsal, que esta carrera mejora a cada edición y que a cada edición me gusta más. En la bolsa: visera, gorro de lana, gorro para agua, unas sales y una cami muy chula y distinta por diseño y por material.
He salido como siempre atrás y desde el principio adelantando corredores poco a poco. Creo que es la vez que menos tramos he hecho andando hasta el Eretza. En la primera bajadita, en un cambio de sombra a sol, no he visto una piedra y ¡zasca!, torcedura de tobillo. Esguinces no tengo porque es como si no tuviera ligamentos en el tobillo izquierdo. Unos cientos de metros de dolor y alguna molestia ya al final bajando del Apuko. Por lo demás disfrutando toda la carrera, los que adelantaba subiendo me quitaban las pegatinas bajando. Lo de siempre.
Hasta el km 18, más o menos, subiendo al Apuko donde se me ha terminado la gasolina. Ayer estuve preparando la comida y la cena en un txoko y aunque no me porté mal, estuve muchas horas de pies. A la cama a la 1:00 de la madrugada y hoy al final he llegado cansado. Quedaba media hora de carrera así que poco a poco hasta la cima del Apuko donde estaba Josean y con más miedo que verguenza toda la bajada hasta meta.
Allí nos hemos quedado a ver como subía Igor al podium y hemos dado buena cuenta de macarrones, chorizo y una parrilla de costilla que estaban preparando.
Y dentro de dos meses volvemos por allí para el maratón del Apuko. Será un placer.
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