Crónica de una carrera que se me hizo muy, muy dura.
Después de los saludos de rigor y de situarme en 3ª o 4ª fila, dan la salida, enseguida empieza la pestosa subida de cemento de siempre y a ojo llevo unos 20 por delante, entre ellos una tía de rojo de muy buen ver, a la postre ganadora.
No me duelen los gemelos como otras veces y poco a poco voy cogiendo ritmo y empiezo a adelantar gente sin querer y puedo contar los corredores que llevo por delante, son unos 10. Un poco más adelante se han equivocado y me situo en cabeza de carrera, esto apenas dura unos minutos y enseguida vuelven las aguas a su cauce.
En la última parte del Eretza adelanto a unos cuantos corredores de la de 65 y corono en 50’30, bajo a toda leche sin pedir paso adelantando por donde puedo y antes de llegar abajo saludo a Tortugita.
Poco después en una subida por asfalto adelanto a Itxu, Mai y Muttur, que creo que me graba con el móvil y me dice “te hacemos de liebre 5km”, le digo que si, pero nada de nada. Es una gozada ir adelantando gente de las ultras, porque te da moral aunque igual te hace ir más rápido de lo previsto.
Llego al avituallamiento de Sodupe entre aplausos de algunos conocidos y enseguida enfilo hacia arriba después de comer un poco plátano y membrillo. Después de unos cuantos toboganes llego a la ermita donde está la bifurcación de las pruebas. Aquí además de quedarme sólo, comienza la zona más fea de la carrera, son pistas con surcos a ambos lados y barro abundante, pero a pesar de todo corro suelto.
Llego a Gueñes y nos juntamos 3 corredores en el avituallamiento, más membrillo y plátano y a enfilar la 2ª parte y más dura de la carrera. Empieza la subida al Luxar cuya parte final ya se hace dura, otra subidita, bajada y empalme con la subida al Eretza que viene de Sodupe, este camino que conduce al refugio, entre piedras, me gusta.
Nuevo avituallamiento en el refugio, nos juntamos 3 corredores, se me van un poco, pero se depistan unos metros en una zona de roca y jaros, les aviso y enfilamos una pista muy corrible, después de un rato, vemos una cinta en el suelo en otra pista a la derecha y la tomamos, no me gusta, no hay marcas, así que decidimos dar la vuelta.
Esto ha supuesto un buen calentón (que luego pagaré) para llegar al camino bueno, ando algo despistado y confundo el Aldape con el Apuko, vemos 3 corredores por delante, pero enseguida les pasamos y mis compañeros me dejan, a pesar de todo lo subo a buen ritmo.
La bajada al arroyo Castaños es bonita y divertida para ir de excursión, pero no para mí en este momento de la carrera, bajo muy suave porque no me quiero hostiar, hasta lo que supongo es la cola del embalse del regato.
Aquí comienza la subida del Apuko, bonita, pero no la disfruto porque voy tocado, antes de comenzar la última pala de hierba, hay unos animando y uno me pregunta que tal el tobillo, pensé que sería uno que no había salido del ascensor y luego resultó ser Sufriendo al que no había reconocido. Oía a lo lejos “aúpa neska”, pero no me podía ni imaginar que en los 11-12 minutos de pérdida, me había pasado la maciza de Ribadesella además de Alex y puede que alguno más.
Corono como puedo, y cuando pensaba que era todo bajar, el cabrón de Oscar nos hace subir el Akatxa que no conocía, ahora si que si, todo cuesta abajo, la bajada se las trae, no me imagino a los que bajen a la noche con frontal después de 16-17 horas de ultra.
Ya sólo queda el paseo entre aplausos y la satisfacción de haber terminado otro maratón de montaña.
Pdt. Me jodió perderme y no entrar en el top ten, aunque no estuvo mal porque sólo entrené 10 días en abril.





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